jueves, 22 de enero de 2009

Grito (Junio 2007)



Estoy desesperado en mi andar;
Busco la semilla que haga nacer en mí un verso...

Con un zumbido irrumpe el primer trueno
Frágiles veo las ramas sacudidas por el viento
El remezón hace a un niño llorar

Belleza siembra la lluvia
Mientras las gotas que caen me traen sed de tiempo

No hay vuelta atrás
No existen minutos por comprar
Del nacimiento fluyo hacia un paraje en el misterio

Sopla la brisa entre el ruido de los autos;
Todo se mezcla en la más extraña de las cacofonías

Percusiones brotan desde el cielo;
Coloridos paraguas desfilan como acompañamiento

En mi libro en blanco atrapo lo que veo
Mas, se van agotando las hojas del cuaderno
La tinta se corroe con la lluvia...

Me alimento de dicha gracias al frío que refresca y da vida;
Entre los matorrales brota un camino hacia un templo...

Mas la moto irrespetuosa hace callar al trueno...

Mueren las hojas,
se pierden los últimos residuos del otoño....

Oigo la luz del camión...
Veo el ruido de su motor...
y...

¡En bomba se convirtió el trueno, que cae como un rayo!
¡Huyen las aves alborotadas por el estruendo!

La lluvia hace metamorfosis;
Se transforma en indecisión entre agua y granizo

¡Es a la poesía a quien he invocado!
¡Es ella en su glorioso esplendor la que ahora me lleva!

¡Los autos chillan!
Sus alarmas escandalosas creen que el trueno les ha de robar

¡Ahora es otro rayo y otro trueno!
¡Un nuevo ataque del clima de lo inesperado!

¿Será todo esto obra de la magia de escribir para el viento?
¿Será tal vez por la fuerza de caminar de la mano con un verso?

Las melodías del cielo se arrullan;
La furia del león se apacigua

Se diluyen los último lamentos del trueno;
Maquinas intentan aplacar lo que en el suelo quedó

De mi boca sale niebla y un suspiro tras el más puro éxtasis;
El de sentir a la naturaleza hablar y enmudecer

Ahora todo está en calma...
El grito citadino se acabó.

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